El elenco de periféricos para gaming es enorme, y se extiende mucho más allá de teclados, ratones y auriculares. En este mercado podemos encontrar productos de lo más variopinto entre los que se incluyen las denominadas «gafas gaming«, literalmente unas gafas con las que los fabricantes prometen que sufriremos menor cansancio visual, especialmente en sesiones muy largas de juego pero, ¿funcionan de verdad? ¿Qué clase de tecnología utilizan? Vamos a verlo.
Las gafas gaming se han vuelto cada vez más populares entre los usuarios, máxime porque no son pocos los profesionales de los eSports que las utilizan. Sin embargo, ¿es algo que vale la pena? Estamos hablando de nuestra salud visual, y el uso de unas gafas podría llegar a ser incluso perjudicial ya que estaremos poniéndole una especie de filtro a nuestros ojos. Vamos a ver en qué consiste este producto y si realmente ayuda a sufrir menor cansancio visual para los usuarios de pantallas.
Las pantallas en general, ya sea la de un monitor o la que integra un ordenador portátil, generan las imágenes utilizando retroiluminación. Parte de esta luz que generan es una forma de luz ultravioleta denominada «luz azul«, y aunque se encuentra de forma común en la luz solar, en las pantallas se genera con mucha mayor intensidad; esta luz azul se ha demostrado que tiene efectos nocivos sobre la visión del ojo humano, y puede llegar a producir daños muy serios.
Esta luz azul tiene la particularidad de que afecta directamente a las células de la mácula de los ojos, el tejido que se encuentra en el fondo del globo ocular y que es sensible a la luz. La parte mala es que, al contrario que la retina, la mácula no se regenera, y esto significa que los daños que pudiéramos sufrir en esta serían irreversibles.
Al igual que hay muchos monitores que incorporan tecnología «Low Blue Light» (baja luz azul), las gafas gaming incorporan una serie de filtros para paliar esta radiación por la luz azul, reduciendo en gran medida el daño que sufren nuestros ojos y, con ello, reduciendo el cansancio visual, evitando la sequedad e incluso retrasando el DMAE (Degeneración Ocular Asociada a la Edad).
Según los fabricantes de gafas gaming, además de paliar la exposición de los ojos a la luz azul estos «dispositivos» ayudan a enfocar mejor los objetos pequeños en la pantalla, haciendo que tengamos que forzar menos la vista. Las imágenes en una pantalla carecen del contraste nítido entre los objetos, al contrario que en la vida real, y por eso mirar fijamente una pantalla durante un periodo prolongado hace que los ojos tengan mayores dificultades para distinguir objetos, lo que provocaría fatiga visual y otros síntomas como picazón, cansancio, dolores de cabeza y visión borrosa.
La melatonina es una hormona del sueño que es responsable de decirle al cuerpo que es hora de dormir. La luz azul retrasa la producción de esta hormona inductora del sueño, lo que aumenta el estado de alerta y restablece el ritmo circadiano (el reloj interno del cuerpo) a un momento posterior; dicho de otra manera, la luz azul también produce insomnio de alguna manera.
La principal ventaja de usar gafas gaming es que ayudan a reducir el resplandor y la tensión de la luz azul, reduciendo la fatiga visual y los síntomas que ésta genera, además de reduciendo la posibilidad de tener problemas visuales. Estas gafas por norma general generan un tono amarillo en la visión, lo que ayuda a mejorar la nitidez de la imagen, reduce el deslumbramiento y ayuda a ver los colores con mayor facilidad. Esto es especialmente útil en juegos de disparos en primera persona competitivos, ya que literalmente ayuda a apuntar mejor.
Otra de las ventajas de las gafas para gaming es que filtran los reflejos. Todos los monitores, incluso los que tienen una pantalla mate, tienen reflejos de cosas en el área circundante (como una lámpara, la luz del techo, una ventana, etc.). Estas lentes de color amarillo filtran estos reflejos y con ello hacen que el ojo tenga que esforzarse menos para enfocar, mejorando también la concentración.
Finalmente, la tercera ventaja de este producto es que reducen bastante el deslumbramiento como hemos dicho; el deslumbramiento por imágenes demasiado brillantes produce una gran tensión ocular, lo que aumenta la fatiga y hace que los ojos se resequen. Si utilizas unas gafas apropiadas, se reducirá la tensión de las luces mientras juegas ayudando a reducir la sequedad y la propensión a tener dolores de cabeza por ello.
Lamentablemente, no todo son ventajas, y aunque no hay demasiadas desventajas hay un par que destacan. La primera de ellas es que como todo, necesitarás un tiempo de adaptación; ya sea que se trate de que no te resultan cómodas porque no estás acostumbrado o que tengas dificultades para jugar al mismo rendimiento que tenías sin gafas, hay que dejar que pase un tiempo para que el cuerpo y los ojos se acostumbren, algo que puede ser realmente negativo para las partidas competitivas.
También es importante mencionar que, obviamente, solo puedes llevar unas gafas a la vez, y por lo tanto si eres un usuario que lleva gafas graduadas normalmente no podrás utilizar unas gafas gaming «encima» de las que ya tienes, y por lo tanto este no es un producto para ti (si utilizas lentillas esto no debería ser un problema, claro).
Otra de las desventajas de este tipo de producto es su precio, una barrera para mucha gente en muchos productos. El precio promedio de unas gafas gaming de calidad ronda los 70 euros, y aunque hay modelos bastante más baratos no te los recomendamos bajo ningún concepto porque, recuerda, lo que está en juego es la salud de tus ojos y no deberías utilizar gafas hechas con materiales baratos que podrían llegar a ser incluso contraproducentes.
La respuesta corta es que generalmente sí, las gafas para juegos merecen la pena, pero realmente depende de tu situación y del tipo de jugador que seas. Si eres un jugador altamente competitivo y que pasa muchísimas horas frente a la pantalla definitivamente es un producto que deberías considerar, porque pasar tantas horas mirando el monitor puede causar graves problemas visuales, así que vale la pena poner medios para evitar o al menos paliar estos problemas, independientemente de que en muchos casos tengas que invertir bastante dinero en ello.
Ahora bien, si eres un gamer ocasional y no pasas muchas horas frente al monitor, es probable que unas gafas gaming no valgan la pena por la inversión. Es importante tener en cuenta que, independientemente del tipo de jugador que seas, una vez que te acostumbres a jugar con ellas tendrás una clara ventaja frente a otros jugadores debido al mayor contraste de color. En ese sentido, incluso si eres un gamer casual, sí que valdrían la pena.