Cada vez existen más marcas de gafas de sol sostenibles que utilizan materiales respetuosos y biodegradables.

Como en otros muchos sectores, como el calzado o la moda íntima, también en el mercado de la visión empezamos a ver gafas de sol sostenibles.

Las gafas de sol convencionales a menudo están hechas de una combinación de materiales como plástico, pintura y metal que las hace difíciles de reciclar. En la mayoría de las ocasiones estos materiales no son biodegradables, lo que contribuye a contaminar el medio ambiente.

Hoy en día, el foco de muchos fabricantes de gafas pasa por hacer un producto de buena calidad. La calidad incluye muchos factores: que cuide nuestros ojos, sea resistente, duradero, y tenga en cuenta la salud del planeta.

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Para ello, la innovación, el uso materiales ecológicos y procesos éticos en su creación, es clave. Entre otros, estos nuevos “ingredientes” son los más utilizados en este mercado emergente.

Es un polímero de origen natural que se extrae de fuentes renovables. Por fuentes renovables se consideran algunas especies arbóreas y borras de algodón, a las que añaden plastificantes para mejorar las propiedades físicas.

Es considerado un material muy duradero, resistente a los cambios de temperatura, cómodo, hipoalergénico, renovable y uno de los mejores bioplásticos que absorbe el tinte.

Material desarrollado a partir de moléculas provenientes del reciclaje de materiales plásticos de desecho. Ofrece el mismo rendimiento que el acetato convencional. La diferencia es que su producción exige menor consumo de gases de efecto invernadero y residuos.

Los que se producen, a su vez, vuelven a ser integrados en el proceso de producción.

Se trata de un nylon regenerado, proveniente de redes de pesca y otros productos confeccionados en nylon que han sido desechados. Su principal es ventaja que puede ser reutilizado un número ilimitado de veces sin comprometer su calidad.

Proveniente de bosques gestionados de forma sostenible o madera reciclada. Ello significa que madera ya ha servido previamente para otro fin. Sumado a esto, su fabricación debe ser respetuosa con el medioambiente evitando el uso de tinturas contaminantes.

Por lo general, hay una serie de certificaciones que avalan si la madera es sostenible. Algunos sellos son PEFC, FSC o Madera Justa. Utilizan auditorías independientes que arbitran todo el proceso de fabricación de los productos.

Se trata de una lente 100% biodegradable que tarda 5 años en descomponerse naturalmente. Además de ofrecer la máxima comodidad y resistencia, también cumple con los estándares ópticos óptimos y se puede adaptar a cualquier curvatura y tamaño.

Existen firmas (tanto nacionales como internacionales) que producen gafas de ver y de sol sostenibles. Su propósito es ofrecer un producto de alta calidad respetuoso con el entorno

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Firma catalana que produce sus gafas con residuos plásticos locales de una empresa que fabrica vasos reutilizables para eventos.

Además de aprovechar los residuos, sus diseños son resistentes y duraderos. Están concebidos para ser reparados de forma sencilla.

Para la realización de las gafas no utilizan ni barnices, ni pinturas ni pegamentos. La fabricación es local y 100% artesanal y, debido al proceso con el que son creadas, cada modelo es único e irrepetible.

Es una firma madrileña, fundada en 2018. Ofrece diseños vanguardistas e innovadores alineados con la sostenibilidad.

Sus creaciones «made in Spain» aúnan conciencia ecológica, arte y moda. Tres conceptos que maridan en cada una de sus creaciones de manera magistral.

Han desarrollado una micro-industria en Madrid para la fabricación de sus diseños basada en la sostenibilidad y la tecnología digital. Las gafas están realizadas en madera de abedul finlandés procedente de bosques replantados y, además, producen bajo demanda para evitar excedentes de stock.

Firma croata fundada en 2010. Sheriff & Cherry produce todas sus colecciones a mano exclusivamente por empresas familiares en Italia. De esta manera, garantizan así que cada producto se fabrique bajo prácticas éticas.

Utilizan el mejor acetato italiano de Mazzucchelli, que proviene del algodón y la madera. Cada montura se fabrica artesanalmente con metales sostenibles de alta calidad.

¿Cómo llega el plástico al mar?

Con base en la Patagonia (Chile), Karün Eyewear ha sido galardonada recientemente como la «Marca de gafas más sostenible» por la revista Global Brands.

Es marca ha construido la cadena de valor de su empresa en torno a una economía circular. Y ésta está basada principalmente en el trabajo, mano a mano, con las comunidades rurales de la Patagonia.

Sus gafas están fabricadas con nylon regenerado Econyl®. Este tipo de nylon está hecho a partir de redes de pesca recicladas de la Patagonia y otros materiales desechados, así como metales y policarbonato reciclados.

No sólo esto, sino que recogen aquellas gafas que hayan llegado al final de su vida útil para poder convertirlas nuevamente en unas gafas de sol.

Esta marca española lucha por el cuidado del medio ambiente, fabricando sus gafas a base de plástico PET reciclado, proveniente de basura marina. Esto se traduce en que, por cada gafa fabricada, se emplea el equivalente a 3 botellas de plástico recicladas.

Todas sus colecciones están inspiradas en diferentes especies de tortugas marinas, las cuales protegen y preservan al colaborar con CV Natura, una asociación que se dedica al rescate y cuidado de las tortugas en Cabo Verde.

Esta firma holandesa comenzó su andadura en 2014. Y lo hizo tras recaudar fondos a través de una campaña de crowdfunding en Indiegogo. Todas sus gafas de sol están equipadas con lentes de la más alta calidad. Esto incluye un recubrimiento endurecido anti-arañazos y anti-reflejos, para una máxima durabilidad y comodidad.

Todos sus modelos de colores están hechos con celulosa de pulpa de madera y no incluyen productos químicos tóxicos. Igualmente, cada par de gafas viene con un paño de limpieza de microfibra elaborado con PET reciclado. También con un estuche de cuero también reciclado.

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