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Las pantallas son nuestras grandes aliadas... y las culpables de que salgamos con varios años más cuando acabe el confinamiento. Te contamos cómo prevenir sus efectos.
Cada semana se repite la misma historia: tu teléfono te avisa de que ha habido un incremento exponencial de su uso durante los días. Y aún hay más. Tu ordenador nunca había estado tanto tiempo encendido en tu casa y aquella famosa frase podría adaptarse a la de “érase un hombre a una tableta pegado”. En resumen, desde que se decretara el Estado de Alarma estamos sometidos a la pantallas de nuestros dispositivos electrónicos. A través de ellas hacemos deporte, cocinamos, nos relacionamos y trabajamos. Toda una suerte tener de nuestro lado a las Nuevas Tecnologías para hacer más llevadera la vida confinada.
Pero, ojo, estar rodeado de tanto gadget también implica un riesgo: el envejecimiento prematuro de la piel. Si pensabas que al menos te librabas de las manchas y los efectos nocivos provocados por la exposición solar, atento a la luz azul. No es tan perjudicial como los rayos UVA pero también tienen efectos negativos. “Esta luz causa radicales libres en la piel que actúan degradando la unidad celular y acelerando la producción de arrugas. Además, cuando hay una sobreexposición a ella, el tejido empieza a trabajar generando mecanismos de protección y puede desencadenar también en problemas de pigmentación, al activarse los melanocitos y producir más melanina para intentar protegerse”, explica Raquel González, directora de educación de la firma cosmética Perricone MD.
El doctor Pedro Catalá, cosmetólogo y fundador de Twelve Beauty, advierte de que el límite de horas frente a una pantalla debería de ser de unas seis. A partir de ahí, pueden aparecer problemas como manchas e hiperpigmentación, arrugas causadas por los radicales libres presentes en esta luz, sequedad… Incluso las ojeras pueden estar causadas por la luz gamma que acelera su aparición o la irritación de estos días de tu piel también puede ser por culpa del campo electromagnético. “No es tan dañina como la luz ultravioleta, pero si se tienen en cuenta las horas que pasamos al día frente a la pantalla del ordenador o nuestras tablets y móviles, la luz azul –genera radicales libres- se convierte en un problema. A éste hay que sumarle el campo electrostático que se forma alrededor y que rompe el equilibrio de la piel”, asegura el fundador de Twelve Beauty.
La luz azul tiene además efectos negativos sobre nuestra vista. Una exposición elevada a las pantallas puede provocar dolores de cabeza o irritación debido a la sequedad ocular y, más a largo plazo, problemas más serios como cataratas. Por eso, desde hace pocos años y al ser conscientes de este problema, empezaron a aparecer las gafas con filtro para proteger a los ojos de la luz azul. Unos cristales específicos que se pueden llevar incluso por gente que no necesita ningún tipo de graduación de la vista.
Como es evidente que, al menos mientras dure esta crisis, nuestra vida es lo que pasa a través de una pantalla, la única solución es protegerse frente a esta luz. Aquí te dejamos los productos para que acabes la cuarentena, por lo menos, con la misma piel y la misma vista con las que la empezaste.